Herrera dista de Barruelo de Santullán unos 40 km. Allí se puede visitar:
Aula Arqueológica de Herrera de Pisuerga
Este aula que se basa en los vestigios arqueológicos que dejó la "Legio IIII Macedónica" situada en Herrera a raíz de las guerras cántabras, nos adentra en el mundo militar legionario desde su llegada hasta su marcha en el año 39 d. C.
Centro de Interpretación del Canal de Castilla en Herrera
El Centro de Interpretación del Canal de Castilla nos propone un acercamiento al canal y a los cambios que produjo esta gran obra hidráulica, proyectada por políticos de la Ilustración, no sólo en la población sino en la economía e incluso en el medio ambiente. Se puede disfrutar de paseos en barca entre la retención de San Andrés y la esclusa 6ª.
Más información: http://www.herreradepisuerga.org
Peña Amaya
En el noroeste de la provincia de Burgos, en la comarca de la Lora cercana al límite con la cordillera Cantábrica, se encuentra Peña Amaya, uno de los enclaves más señalados dentro de la historia y la arqueología del norte la península Ibérica.
Para llegar desde Barruelo de Santullán tendremos que ir hasta a Aguilar de Campoo y coger la carretera N-611 dirección Palencia. Antes de llegar a Herrera de Pisuerga cogeremos el cruce de Villela, de allí a Humada y hasta Villamartín de Villadiego. Entre un lugar de largas y estrechas estructuras rocosas, conocidas como loras, destaca Peña Amaya. Se encuentra a 1.300 metros de altitud y desde ella podremos admirar un extraordinario paisaje. Al final de la pista de tierra que nos lleva a este lugar existe una extensión de 1.200 por 200 metros donde podemos encontrar las huellas de las distintas culturas que a través de los siglos se instalaron aquí. Existen piedras que recuerdan a estructuras de antiguas casas, y restos de varias murallas. La gran roca caliza conocida como el Castillo, es una verdadera Acrópolis, donde los habitantes de la antigua ciudad cántabra resistieron el asedio de las tropas romanas mandadas por el emperador Augusto.
El recorrido se inicia en la actual Amaya, desde donde una pista nos permite llegar hasta el antiguo poblado.
Amaya fue habitada por primera vez durante la Edad de Bronce. Después pasó a ser una ciudad importante de la Cantabria prerromana. Con el paso de los siglos fue capital de uno de los ducados visigodos, siendo muy disputada su ocupación en tiempos de la reconquista entre musulmanes y cristianos. En el año 860, Rodrigo, el primer Conde de Castilla, pobló de nuevo la ciudad, pero con el avance de la Reconquista terminó su legendaria historia.
