UNA PRECIOSA HISTORIA HUMANA QUE NOS TOCA DE CERCA

El billete de cien pesetas y su autor: Ursicinio Martínez

Una de las más apasionantes tareas del museo es la relacionada con la investigación sobre los objetos para desvelar sus desconocidos misterios velados por el paso del tiempo.

Muchos. objetos del museo guardan celosamente historias humanas y profesionales, son testigos tanto de la evolución del crimen cuanto de la victoria policial sobre el mismo. Todos llevan mensajes escritos en claves sutiles que pueden ser interpretadas mediante el estudio, el método, la constancia ... y a veces, la suerte. Este es el caso del billete de cien pesetas dibujado a mano por Ursicinio Martínez Montiel (Ursi), entre los años 1947 ó 1948, que obraba anónimo y sin referencias en el museo registrado en el catálogo general con el número DG-4057. Procedía del antiguo Museo de la calle Miguel Ángel n° 5 y su historia fue desconocida durante 47 años. La investigación nos ha permitido localizar al autor y descubrir junto a él una preciosa historia humana.

Ursicinio es un palentino que a los doce años ya tallaba la madera a navaja y dibujaba a lápiz retratos de sus amigos, a los dieciocho inició su trabajo como picador en una mina de Barruelo y a los diecinueve concluyó su primera talla importante, un Cristo en roble de tamaño natural. Hoy cuenta con sesenta y tres años y una dura vida de trabajo a sus espaldas.

Inició muy joven su afición al dibujo. Apenas sin medios, se fijaba en los detalles de las cosas y trataba de imitados. Su primer trabajo pictórico fue un calendario del año completo, doce preciosas láminas.

Después hizo una peseta de aquellas de papel. Sus amigos, al ver el resultado del trabajo, le animaron para que hiciera billetes mayores e hizo otro de veinticinco pesetas y dos de cien, uno de ellos, éste que se encuentra en el Museo Policial.

Con este billete, compró Ursicinio un sombrero de paja en Aguilar de Campoó, para lo cual alquiló una bicicleta en Barruelo. Con ella fue hasta Aguilar, entró en una sombrerería y adquirió un sombrero de paja que le costó seis pesetas. Recibió la vuelta de noventa y cuatro y regresó a Barruelo.

Con el segundo billete de cien pesetas, acordó con sus amigos emplearlo en las fiestas del Carmen. Compraron un paquete de almendras "compramos una cosa pequeña para que nos devolviesen más dinero y con el resto celebramos las fiestas".

Ursicinio recuerda que cien pesetas era el sueldo de quince días más o menos, recuerda que un trabajador ganaba seis o siete pesetas diarias.

El trabajo del artista sobre el billete duraba seis u ocho días. Realizaba su trabajo sobre papel de "barba", con plumilla y tintas. Lograba los colores mezclando bolsitas de tinta en polvo que se vendían en diversos tonos e imitaba el efecto de transparencia de la imagen de agua dibujando con un lápiz y borrando después, con lo que al mirar a la luz se veía la transparencia de la imagen dibujada.

Ursicinio no quiso nunca utilizar sus habilidades para el lucro personal. Jamás tuvo problemas con la justicia. El episodio narrado fue excepcional y bajo la influencia de un grupo de amigos jóvenes, inconscientes de las posibles consecuencias del hecho.

Entre sus obras pictóricas conserva Ursicinio diversos cruceiros brasileños, sellos de correos, naipes de la baraja española, etcétera.

El billete que obra en el museo apareció en Madrid, en una sombrerería. Ursicinio, años después, acudió a la sombrerería de Aguilar de Campoó para preguntar a la dueña si 'recordaba haber sufrido alguna estafa en relación con billetes falsos, pero la señora no recordaba haber recibido nunca un billete falso. Sin duda alguna, el viajante de sombreros recibió en pago el billete en la sombrerería de Aguilar y lo mezcló y, transportó con la recaudación-de otros establecimientos hasta la sombrerería de Madrid.

Ursicinio es actualmente un magnífico escultor que trabaja la talla en madera sobre temas clásicos o figurativos. Cambió hace muchos años la plumilla y el papel de barba por el pico en las minas arrancando carbón de las entrañas de la tierra castellano-leonesa. Trabajo en el que se jubiló a cambiar de herramienta para tomar, con carácter definitivo, la gubia y el cincel entre sus dedos, transformando la madera en imágenes.

Carlos Canelo

El Billete se halla actualmente en el museo de la policía, acompañado del texto explicativo que has leído.